martes, 14 de abril de 2009

Los comienzos de mi vida deportiva.

De joven no nos preocupaba el asunto del deporte, corríamos y jugábamos por las calles.
A los ocho años, me regalaron una bicicleta Orbea azul y es lo único relacionado con el deporte que recuerdo. Por aquel entonces, veraneaba alguna veces en Masnou con mi tía Cande y la familia Capo, allí tenían la playa cerca, piscina, bicicletas, ping pong y un frontón.
El comienzo de algo serio de deporte, fue por el año 1972-73, cuando empezamos a practicar frontenis con Juan y Vicente, en lo que es ahora el garaje de la Guardia Urbana de Cerdanyola. Había un frontón abierto y jugábamos. Hasta que un día, cerraron la entrada ya que se había formado un club. Nosotros saltábamos para jugar, hasta que nos echaron de allí.
Fue a partir de un pequeño negocio que formamos Vicente, Juan y yo, sobre al año 1981, cuando compramos con dinero del negocio, tres bicicletas de carreras para los chicos y tres de paseo para las chicas. Ese fue nuestro comienzo en el mundo de la bicicleta, saliendo sobre todo los domingos.
Estuvimos saliendo solos y con un grupo de gente experta mayores que le daban caña. Hacíamos las salidas por las mañana y almorzábamos en ruta en un bar o con nuestros bocatas. Llegamos a ir a Sant Celoni, a Gava-Veges, a Montserrat.... El problema, venía al volver, se nos hacía tarde y un domingo llegar a las dos, significaba tener bronca.
Aquella época se enfrió, debido a los quehaceres de cada uno y a las llegadas de los crudos inviernos.
Fue entonces cuando sobre al año 1985, que hablando con mi amigo Isidoro, empecé a ir a natación por libre. Saqué un abono familiar para poder ir todos. Iba dos o tres veces por semana y aprendí a nadar medianamente bien y me hacía unos mil metros (40 piscinas). Otras veces iba con los niños y pasábamos el rato. El problema de esta piscina municipal, era los cursillos, dejaban pocos carriles libres para nadar o tenías que ir a horas poco aceptables. Entonces iba practicando bici y natación, la mayoría de las veces solo.
El 8 de noviembre de 1995, mi hijo Carlos de 9 años, corrió la II Millas Nocturnas. Como no corrían muchos niños, para que no fuera solo, le acompañé en la segunda mitad de la carrera. Me encontré bastante suelto en la carrera y decidí a partir de ahí, empezar a correr.
El 3 de mayo de 1997, corrí mi primera carrera de 2700 metros, en la Fiesta Mayor del pueblo. En la salida encontré a Ernesto, que hacía mucho tiempo que no lo veía. Este fue mi comienzo en el mundillo de correr y con su gente afín.

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