Como
decía en el post anterior sobre el Camino, este año ya sí que se puede declarar
como catastrófico.
En
febrero se murió mi padre, el avi Mateo y en octubre mi suegra, la yaya Pepita.
Este año hemos visitado demasiadas veces el tanatorio, no sólo por los
nuestros. Menos mal que ha sido algo compensado con la boda de nuestra hija
Cris con Vidal.
Todo
esto sumado al arreglo y mudanza a la casa
de mi padre, hace que el año deportivamente hablando haya sido un caos.
Paso
a detallar las partes.
Bailar:
seguimos a dos clases semanales y pocas salidas a locales de fiestas.
Andar:
poco entreno y lo único relevante es el Camino con sus 247 kms por el Norte de
España, desde Gijón hasta Baamonde
(cerca de Lugo).
Bicicleta:
cero patatero.
Correr:
ha sido en el otoño cuando he empezado a salir más a menudo. He corrido dos
carreras en los últimos 15 días del año. Han sido 454 kms a una media de 8’7
kms/semana. En 47’5 horas a una velocidad extrema de 6’17”/km (algún caracol me
pasaba, jejeje).
Geocaching:
tampoco he podido dedicarme a ello, sólo en alguna salida esporádica y en
vacaciones por Alicante. Llevo 468 encontrados.
Bueno
empezamos 2016 y si las previsiones se cumplen, puede ser un buen año. “Tras la
tempestad, llega la calma”, esperemos que así sea a pesar de cumplir los 60
años en septiembre.
Como no tengo fotos de deportes, pongo una del Camino.